Foto cortesía de Paula Gaska

En Agricultura Biodinámica, cada granja o jardín es visto como un todo integrado, como un organismo vivo con su propio derecho. Al igual que el ser humano, una granja está compuesta por diferentes órganos y sistemas. Cuando éstos son gestionados y vinculados de manera dinámica, interactúan entre sí para sostener positivamente la salud y bienestar del todo. De la misma manera que el ser humano, cada granja es única, con su personalidad e identidad propia. La expresión holística que se refiere al potencial único de una granja se expresa como "individualidad de la granja".

La individualidad de la granja engloba diferentes tipos y características de suelo —como el contenido mineral, materia orgánica y la mezcla de arena, limo y arcilla— igualmente los bosques y praderas, humedales y tierra cultivada, árboles floridos y arbustos, animales domésticos y salvajes, edificaciones y equipamiento, e igualmente seres humanos viviendo y trabajando la tierra. También incluye la historia, carácter y propósito de la granja así como aspectos más sutiles, energéticos de la región y el paisaje.

Los agricultores biodinámicos se esfuerzan por desarrollar un entendimiento íntimo de cada elemento de la granja y el potencial creativo de ésta como un todo. A partir de esta comprensión ellos trabajan para llevar a todos estos elementos de la granja a generar una relación benéfica entre sí. Este proceso permite a la individualidad de la granja expresarse y desenvolverse continuamente conforme va transcurriendo el tiempo, compartiendo sus dones de salud y vitalidad con la comunidad local.

Los agricultores y jardineros biodinámicos trabajan con el fin de lograr el balance del suelo y crear una individualidad de la granja que funciona como un todo auto-sustentable, en donde la fertilidad y la nutrición vienen desde el núcleo, desde dentro de la granja, en lugar de provenir del exterior. Un sistema de círculo cerrado tiene beneficios ambientales y económicos, pero también existen otras vías más sutiles, con las cuales trabaja esta práctica para vivificar la salud de las granjas y jardines.

Cuando el estiércol de nuestro propio ganado es utilizado para fertilizar los cultivos, estamos manteniendo los nutrientes en nuestra granja, así se crea un círculo sutil de retroalimentación. Los animales y plantas de una granja en particular comparten el mismo ambiente, la misma ecosfera y las mismas influencias —cósmicas, terrestres y humanas. Al alimentarse un animal, este siente la substancia que toma de las plantas en la granja donde habita; así mismo, manda esta sustancia a través del complejo sistema vivo de su propio cuerpo; durante el proceso, se añaden enzimas, bacterias y otros organismos vivos. Finalmente, el animal excreta una forma digerida de la planta complementada con una dosis de su propia esencia y un "mensaje" acerca de lo se necesita para traer mayor balance y vitalidad a ese campo.

Podemos entonces tomar ese estiércol —esta sustancia de planta ya digerida a la que se la infundido la vida animal y la sensibilidad animal— para su subsecuente desarrollo a través del compostaje. A partir del proceso de generación de compost añadiendo a su vez los preparados biodinámicos, el proceso inicial es llevado al siguiente nivel de vida, estimulando la vitalidad. Al llevar el estiércol compostado de regreso a los campos, el suelo recibe nutrientes e información de gran valor, en forma de fuerza y estabilidad a la vitalidad del proceso de crecimiento de alimentos en la granja.

Cuando se concibe una granja como un organismo completo, el concepto de mala hierba, peste y enfermedad cambia. Cada uno de ellos se convierte en un mensajero de gran valor, revelando un desequilibrio en la granja, esto nos invita a actuar para corregir desde la raíz dicho desequilibrio. Una hierba puede decirnos que nuestro suelo se ha compactado demasiado; una infestación de moscas en nuestra manada de vacas podría decirnos que necesitamos mantener más aves silvestres en la granja. A pesar de que algunas soluciones a corto plazo sean necesarias para manejar estos problemas, el acercamiento biodinámico enfatiza el aprender de estos problemas y cambiar las prácticas de manejo hacia prácticas que impulsen el incremento de la salud del todo, ya sea jardín o granja.

Para lograr una sana individualidad de granja, es crucial el trabajo de adaptación y localización de las plantas y animales en un cierto lugar. El objetivo es eficientar el uso de las semillas lo más posible, así la expresión del lugar es encarnado por las plantas. Otra meta sería "cerrar" una manada de animales para ir mejorando la base genética en relación al lugar donde esa manada habita. Cuando los animales se alimentan de lo que crece en su granja, de un suelo y complejidad mineral que ha recibido fertilidad vivificada a través del compost y estiércol de la misma granja, una sutil pero real conexión y comunicación surge y es perceptible entre todas las partes del todo. En esencia, el paisaje natural ha sido guiado hacia la creación de un organismo que mantiene, hasta cierto punto, la habilidad de autorregularse.

A medida que la población humana ha crecido y la tecnología ha aumentado, también nuestra capacidad para extraer recursos de la Tierra. Muchos de nosotros nos cuestionamos profundamente acerca de cómo la humanidad podrá continuar viviendo en nuestra Tierra de una manera sana. El arte de trabajar con la abundancia y las limitaciones que existen dentro de un organismo granja cerrado es un microcosmos equiparable a cómo podríamos vivir dentro del ciclo de abundancia y limitaciones de nuestro planeta.

Mientras una granja biodinámica se esfuerza por lograr la autosuficiencia y en cierta forma la autocontención, no está cerrada al mundo. Una tremenda cantidad de energía fluye a la granja diariamente desde el sol y los astros, lluvia y viento traen agua y minerales. Un gesto similar de generosidad y abundancia se expresa desde la individualidad de la granja hacia el amplio mundo cuando la granja está sana. Inherente a la individualidad de la granja está el potencial de dar vida, no solo para evitar la explotación, sino para posibilitar el rejuvenecimiento.